Rafael Dezcallar presenta su primera novela

Seda negra. Un titulo sugerente para una novela igualmente sugerente, que se adentra en el mundo del tráfico artístico y la guerra enérgetica de la mano del embajador de España en Berlín, Rafael Dezcallar.

La trama de la obra comienza con el asesinato de un anticuario belga. El motivo: su negativa a vender una alfombra originaria de la región caucásica de Nagorno Karajab. Lo que en un principio parece ser solo un robo artístico, se convierte porco a poco en una trama mucho más peligrosa cuando las investigaciones conducen a la capital de Azerbayán y entran en juego los intereses de las grandes potencias que reciben el petróleo y el gas a través de los oleoductos de la zona, conocida como la rura de la «seda negra» que da el nombre a la novela.

Según Dezcallar, la importancia de esta región está en que «es una zona poco conocida, donde se entrecruzan intereses de varios países. Grandes potencias disponen de servicios de espionaje en el Cáucaso, que puede acabar convirtiéndose en el Golfo Pérsico del siglo XXI.» Y con esta posibilidad se juega en la obra de Dezcallar, gran conocedor de la zona que elabora a lo que utiliza la historia para trazar una fotografía de la realidad social y política de la región.

Dezcallar (Palma de Mallorca, 1955) es diplomático y ha vivido en lugares como Israel, Estados Unidos, Rusia, Cuba o Etiopía. Seda Negra es su primera novela de fición , tras sus incursiones en el mundo de la literatura con La Europa dependiente (1992), Entre el desierto y el mar (1998) y Tierra de Israel, tierra palestina (2003).

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