El ida y vuelta de la memoria emotiva según Eco

En La Misteriosa Llama de la Reina Loana, Umberto Eco nos muestra una manera muy interesante de contar parte de la historia de la cual todos formamos parte. Es que el protagonista principal llamado Giambattista Bodoni, abre los ojos y no puede recordar absolutamente nada de su entorno familiar, ni de su propio pasado. Luego de sufrir un accidente pierde por completo la memoria personal, es decir la más ligada a las emociones, a la vez que conserva la memoria histórica. De esta manera puede saber perfectamente quien fue Cristóbal Colón, pero no puede reconocer a sus propios hijos ni a su mujer, por ejemplo.

Para intentar recuperarse de este extraño y desesperante hecho, su esposa Paola, a quien no reconoce, le insiste en que pase un tiempo en el caserón de Solara, un pueblo en las colinas piamontesas, donde Giambattista vivió los primeros años de su vida. Además en el desván de ese hogar había guardados los libros, los cómics, los discos, los recortes de periódico y la publicidad de las películas que acompañaron al hombre durante su infancia y juventud.

De esta forma comienza el largo proceso de recuperación, en el cual le protagonista realiza un trabajo casi de detective para intentar recuperar el pasado a través de estos objetos, que para Yambo no son recuerdos sino hipótesis de trabajo, cosas nuevas que le hablan de un mundo que fue el suyo y el de todas las personas que vivieron en primera persona los momentos más importantes de la historia del siglo XX.

Umberto Eco, un poco jugando con la nostalgia, pero más jugando con la ironía, ha logrado en La misteriosa llama de la reina Loana todos los tintes del pasado para mostrar la vida de un hombre que, buscando saber quién es, encuentra aquello que en definitiva todos fuimos.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *