Cartas de un suicidado por la sociedad

 

 Cartas a Théo quizás sea uno de los libros más sensiblemente autobiográficos que leí hasta ahora. A los insanos que afirman la sospechosa oración ‘Van Gogh estaba loco’, ¡cuidaos y veos a vosotros mismos frente al espejo del mundo!

El magistral Antonin Artaud nos relatará el por qué de esto. Van Gogh hará el resto, describiendo los colores como pocas veces podríamos leer, y hablando del amor desde la belleza de un Café de Arlés.

Un incomprendido, un adelantado de lujo, un eminente posimpresionista, en medio del caos del comienzo del todo y el final de la nada. Vanguardias históricas nacientes en el comienzo de la decadencia; de una época hecha guerra.

A la promiscua e incestuosa sociedad, apuntando y dictaminando las fronteras freudianas de la conciencia y la inconsciencia, acúsenme tanto ayer como hoy, pues declaro a Vincent Van Gogh una de las cabezas más lúcidas del siglo XX, del siglo XXI. ¡Locos ellos!

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